25.4.17

Reconocer nuestras limitaciones es importante para la madurez y la sabiduría

RECONCILIARSE CON UNO MISMO
El primer paso para iniciar la reconciliación con uno mismo es aceptar la realidad, tal como es.

La vida fluye permanentemente y en su discurrir nos deja un sinnúmero de experiencias que constituyen nuestro conocimiento. Este conocimiento se refiere a nosotros mismos, a otros y a todo cuanto nos rodea. Las experiencias pueden ser estimulantes, divertidas y trascendentales y esto otorga un plus de sabiduría a nuestra existencia.

Hay experiencias como no, dolorosas, porque en la vida pasamos por momentos de carencias, frustraciones e imposibles. Cuando esto no se logra asumir, despierta en nosotros temores, desconfianza y pesimismo. De hecho, terminamos culpándonos. Así, si llegamos a eso, es indispensable encontrar la manera de reconciliarnos con nosotros mismos.

Ese sentimiento de culpabilidad, es el que nos hace estar mal con nosotros mismos, alejarnos de lo que somos y si lo prolongamos en el tiempo es necesaria esa reconciliación con nosotros.

No es fácil, pero sí importante aprender a aceptar nuestras limitaciones y nuestras peculiaridades. No tenemos que ser duros con nosotros mismos, ni empezar una lucha contra nuestra personalidad pensado que no es la más acertada.


Si queremos estar bien debemos mirar dentro de nosotros aunque muchas veces ni siquiera nos miramos, sino que nos comparamos con un ideal mental, con ideas preconcebidas y creencias que nos han sido impuestas. Por eso es importante aprender a observarnos con cuidado y con cariño.

Otra de las ventajas de hacer ese ejercicio de introspección, es tomar conciencia que en nosotros hay virtudes y limitaciones como las hay en todo ser humano. Así, lograremos aceptarlas cuando entendamos que en todos, absolutamente en todos, reside la imperfección.

Si no podemos aceptarnos a nosotros mismos, no vamos a poder aceptar a los demás. Un valor añadido de quien se acepta y se aprecia es que también puede valorar a los otros. Por el contrario, quien mantiene una batalla interna sin tregua también traslada ese conflicto a los demás.

Para reencontrarnos y reconciliarnos, solo se requieren dos cosas: querer hacerlo y llevarlo a la práctica.

En el interior de todo ser humano anidan las dudas respecto a sí mismo. Por esta razón, en principio es muy importante aprender a identificar la manera en la que te relacionas con tus propios pensamientos. Es importante detectar esas líneas de pensamiento autodestructivas.

No importa qué grado de perfección busquemos alcanzar. La naturaleza humana, aunque maravillosa, es imperfecta. Y tal vez este sea su mayor atractivo, porque nos conducirá a intentar ser mejores en el día a día.

De igual modo, reconocer nuestras limitaciones es un paso importante hacia la madurez y la sabiduría. Y lo mejor: constituye una experiencia directa que cada uno vive de una forma diferente.

Cuando actuamos en contra de lo que sentimos, nuestro cuerpo se expresa. Entonces, no solo nos atacamos, sino que también nos desconectamos de ese equilibrio que existe en el universo. Piensa que muchas de las enfermedades que padecemos tienen un origen emocional y casi todas están relacionadas con la auto-aceptación y el amor propio.

Por contradictorio que parezca, a veces no logramos aceptarnos porque tenemos una gigantesca vanidad. Algunos le llaman también “narcicismo”. No nos interesa ser nosotros mismos, sino ser superiores a otros. Por eso, no logramos aceptar nuestros errores o fracasos. Nos señalamos con el dedo y nos maltratamos emocionalmente.

Piensa que los errores no conducen al fracaso, sino a la experiencia. Lo que sí constituye un error es quedarte en el lamento por haberte equivocado.

Siempre hay formas para corregir los desaciertos. Todo esto forma parte de una conciencia evolutiva que debe abrirse a nuevas formas de valorar y resolver las limitaciones. El principio de todo es reconciliarte contigo mismo y darte la oportunidad de disfrutar de la persona que eres.


No hay comentarios:

Publicar un comentario