7.3.17

Las mejores decisiones son aquellas que tomamos con el corazón y la razón

¿POR QUÉ NOS PASA LO QUE NOS PASA?


Lo que nos pasa siempre es lo que nos tiene que pasar, la lección que en ese momento necesitamos, lo que va a hacer que saquemos lo mejor de nosotros mismos, lo que nos va a ayudar a nuestra evolución correcta, otra cosa es que en muchas ocasiones de nuestra vida no sepamos porque vivenciamos una experiencia en un espacio y tiempo y no otra.

Es una ley espiritual de alto rango “NADA ESTÁ FUERA DE MI” la más difícil de aceptar y la más difícil de comprender, porque su conocimiento y aplicación nos hace responsables de todo aquello que nos pase.

La comprensión y puesta en práctica de esta ley es clave, en la toma de decisiones, pues si la responsabilidad de lo que nos ocurre la ponemos fuera de nosotros, cuando busquemos soluciones a nuestros conflictos buscaremos fuera y no hallaremos solución, las soluciones a nuestros problemas o conflictos siempre están dentro de nosotros, basta con buscar.

No hay nada más humano que echar la culpa de lo que nos pasa a los demás o a multitud de cosas que siempre las situamos fuera de nosotros, eso es un grave error, que en la mayoría de los casos es lo que nos impide ser felices en la vida.


Todo lo que nos pasa es, no lo duden, lo que nos tiene que pasar, es lo que hemos sembrado y ya se sabe que uno solo recoge lo que siembra, y como lo hemos sembrado es muy fácil de entender si no nos dedicamos al arte de engañarnos a nosotros mismos.

La siembra de lo que nos pasa viene como consecuencia de las decisiones que tomamos, todas las decisiones que tomamos es evidente que tienen unas consecuencias, lo que ocurre es que cuando los resultados no son los que deseamos, empezamos a buscar mil y una disculpas, para no admitir nuestra responsabilidad. 

Alguien podrá pensar que no es así, yo solo les invito a una reflexión, por más vueltas que quieran dar a las cosas que nos ocurren, siempre y fíjense que digo siempre, la última decisión de cómo nos va a afectar lo que ocurra es nuestra. Basta con un ejemplo que se da en nuestro día a día: Cuando decimos que nos “Han hecho tal o cual cosa” es una forma que como se dice coloquialmente “tenemos de echar balones fuera”.

Nadie, si nosotros no queremos, nos puede hacer nada. Lo cierto y la frase bien enunciada seria “yo he permitido que me hagan tal o cual cosa”. De esa forma no situamos la responsabilidad de lo que nos ocurre fuera de nosotros, sino que admitimos que nosotros somos los responsables de lo que nos haya ocurrido.

Por eso siendo objetivos tengamos la firme convicción que lo mejor que puede pasarnos es dejar que todo pase. Y enfrentar la toma de decisiones en el momento que pasa. Tal vez la única opción, dirán muchos, pero también la mejor porque la mayoría de las cosas que nos preocupan nunca pasan.

Por eso es muy importante “la toma de decisiones en nuestra vida” porque de las decisiones que tomamos se derivan luego las consecuencias que nos van a llegar.

Por eso tomar decisiones conscientes da como resultado poder prever las diferentes consecuencias que pueden llegarnos y esa es la mejor forma de estar preparados y poder canalizar las consecuencias de forma positiva.

Saber tomar las decisiones correctas es fundamental, para que en nuestra vida haya armonía y felicidad, que podremos compartir con los seres queridos que nos rodean.

Las decisiones que siempre sabremos que son las mejores en cada momento, son aquellas que tomamos con el corazón y la razón, escuchando lo que ambas nos aportan, añadiendo un toque de intuición (la inteligencia no razonada) y por supuesto, llevándolas a la práctica.


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