20.9.16

¿Y tú desde dónde vives tu vida, desde el corazón o desde la razón?

EL PODER DEL CORAZÓN


Me gustaría empezar, haciendo una comprobación contigo. Coge tu mano derecha. Llévala a tu pecho, donde palpita esa cosa, que dicen, que es un corazón. ¿Lo sientes?  Y ahora me gustaría preguntarte, ¿Hace cuanto que no sentías sus latidos de forma consciente?

Tenemos un corazón que nos da la vida y no le hacemos caso. Bueno si, cuando nos empieza a fallar, pero mientras… pasamos de él.

Mientras éramos pequeños, hacíamos cosas que pensábamos que eran imposibles. Nos declarábamos a esa chica que tanto nos gustaba, aunque pensáramos que era inalcanzable, porque nuestro corazón nos decía que lo teníamos que hacer. Gracias a nuestro corazón hemos hecho muchas “locuras” de las que aún nos acordamos.

Pero a día de hoy, ¿Cuántas “locuras” sigues haciendo en función a lo que dice tu corazón?


Cuando llegamos a la madurez, “la edad del miedo”, la llamo yo, esa conexión que teníamos con el corazón, la desenchufamos. Si oímos a nuestro corazón, nos dirá: “Sigue tu instinto, sabes lo que quieres hacer, sabes que ella es tu pareja ideal, dile algo… sabes que tienes que dejar ese trabajo y dejarlo todo por tu pasión…”. Pero ¿A qué da miedo? Y mucho… Pero además de nuestro miedo, le añadimos un poco de “Eso es imposible, ¿A dónde vas? No me seas un crio… tú sigue como estás… y déjate de locuras…”. Pues la conexión con nuestro corazón, como pasaba, cuando éramos unos niños, desaparece, la enterramos, para nunca más quererla volver a oír  y  que no te provoque problemas.

Te gustaría saber la respuesta a: ¿A qué he venido a este mundo?. Seguro que se te han abierto los ojos, ¿Me confundo? La respuesta ya la tienes. ¿Cómo? Vuelve a poner la mano en tu corazón y escucha lo que te dice. Ahí reside tu respuesta.

El corazón, es mucho más que un órgano vital. Es el centro de tus sentimientos. Es el centro de respuestas a esas preguntas, que crees que no tienen respuestas. Es el centro de emergencias al que tienes que acudir, cuando no paras de girar en la rueda de pensamientos negativos y catastróficos.

Cuando somos “mayores”, pensamos que nos realizaremos comprándonos una casa, teniendo un coche y la mejor pareja posible. Pensamos que así conseguiremos, el gran cáliz, LA FELICIDAD. Pensamos que eso nos llenará, y cuando no pasa, cambiamos de trabajo, de pareja o de casa. Pero aún así, seguimos sintiéndonos vacíos.

Utilizamos placebos, como la comida, el sexo, las drogas, el alcohol, para evadirnos de esa sensación de frustración, de querer evadirse de un mundo que no nos gusta.

Antes de que hagas eso, vuelve a poner la mano en tu corazón, y escucha lo que te dice.

Con 30 años, eso de escuchar a mi corazón, era de “happy flowers”, lo reconozco. Mi vida, o eso pensaba yo, estaba muy bien encaminada,  trabajo, dinero,  alguna que otra pareja… Eso del corazón, era para “raritos”.

¿Hoy? Doy gracias, por haber abierto mi corazón. Abrir tu corazón significa abrirte a una vida llena de sentido  y con un propósito. Situación que antes, era algo impensable.

Cuando abres tu corazón, eres más receptivo a la situación de los demás, a las oportunidades que la vida te ofrece, y que antes pasaban para ti, totalmente desapercibidas. Cuando abrí mi corazón, me di cuenta de quién era  yo de verdad y por qué estaba aquí.

¿Y tú lo sabes?

Si nos dejamos guiar por la razón, nunca vemos más allá de la próxima esquina, pero mientras nos guiemos por el corazón, veremos a través de él, todo el trayecto.

El corazón, tiene un idioma, que has entendido muchas veces, y cuando te sientes “incomodo” con la vida, te sucede porque no lo escuchas. Se llama “intuición“.

Todos  hemos vivido momentos en los que hemos pensado: “No sé, pero siento que tengo que hacer tal o cual cosa…” Estábamos conectados con el corazón. Seguíamos sus dictámenes. Le escuchábamos. Y siempre, sentíamos que habíamos hecho lo correcto.

¿Por qué ahora ya no le escuchas? Porqué estas desconectado de él, de tu corazón, de tu ser. Sal de tu cabeza para poder escuchar la voz de tu corazón.

Esto, lo he denominado coherencia, y es lo que pasa cuando escuchas a tu corazón. Estás en coherencia contigo mismo, con la vida. Tu ritmo cardíaco es siempre el mismo, vives en el ahora y eres más grande que tus pensamientos.

¿Quieres conectar con tu corazón? Es fácil, conecta con tu niño interior. Si ese que tienes dentro de ti, que le gustaría jugar más, que le gustaría hacer locuras, ese que le gustaría explorar otros caminos, no siempre los mismos. Ahora viene la navidad, y todos tenemos niños alrededor, cópiales, sígueles, ellos se mueven por su corazón.

Se dice que tenemos más de 60.000 pensamientos a lo largo del día, y más del 80% de los mismos son negativos. TODOS anhelamos una vida,  con sentido, felicidad y éxito, pero ¿Con ese porcentaje de pensamientos negativos, crees que la podremos tener?. Una persona de corazón, ve la vida desde otra vertiente.

No estoy diciendo que son personas que “pasan” de todo, sino que aceptan lo que les viene, ya que saben que sobre muchas cosas no se tiene poder, y con el corazón, encuentran solución a la misma, son personas agradecidas a lo que tienen y agradecen lo que la vida les da.

Son personas que saben que la conexión entre corazón, vida y personalidad, es esencial a través de las emociones que viven para saber si están en el buen camino o no.

Estar conectado con tu corazón es recibir los mensajes, conocer a las personas que necesitas en esos momentos. Es lo que llama Deepak Chopra “sincronicidad”.  Son momentos que parecen que son una coincidencia, pero que detrás de ellos, hay mucho más.  Piensas que es un milagro haber encontrado la solución o la persona en esos momentos, que tanto lo necesitabas,  pero al estar conectado con  tu corazón, abierto a lo que la vida te da, se llena tu vida, de situaciones así y mejores.

Me he dado cuenta, que las personas que son de “corazón”, en cualquier tipo de relación que mantienen, atraen a personas que tienen el mismo sentimiento de seguridad en sí mismos. Todos buscamos a la “persona ideal”,  con el fin de llenar un vacío. ¿Qué pasaría si en vez de buscarla, nos buscáramos a nosotros mismos?

Si piensas que eres feliz, si te conoces, atraerás a ti personas con el mismo nivel de sentimientos. Si desconfías de ti, ¿Qué atraes? Personas, al igual que tú, que están buscando a otra persona para llenar su vacío. ¿Este tipo de relaciones quieres?  Creo que no.

Creo que estamos viviendo unos momentos transcendentales, en los que nos estamos dando cuenta, que si queremos salir del atolladero, en el que nos ha metido la “razón”;  sólo hay una salida, volver a conectar con nuestro corazón.

Haz más caso a tu corazón que a tu razón. Si queréis conocer el poder que tiene el corazón, os recomiendo el libro ” El poder del corazón“, os cambiará la vida.

¿Y tú desde dónde vives tu vida? 
¿Desde el corazón o desde la razón? 
¿Cuándo fue la última vez que lo escuchaste?


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